Las cucarachas son insectos de hábitos nocturnos que permanecen ocultos durante el día en rendijas o grietas. No obstante, también podemos verlas durante el día si la población es muy alta o necesitan alimento. Además, con el aumento de las temperaturas su presencia se hace más notoria. Son originariamente tropicales y subtropicales, pero han sabido aclimatarse al calor desprendido de los edificios construidos por el hombre, para su desarrollo en lugares con climas menos templados. Habitualmente viven en zonas con humedad alta, con comida abundante y con temperaturas adecuadas para su desarrollo (no les gusta el frío ni las corrientes de aire). Cuando la población es importante no transcurre más de una semana sin invadir otros lugares a través de las cañerías e, incluso, trepando por las paredes. También es común que se trasladen en cajas, bolsas y envases de distintas mercancías.
Aunque hay muchas especies, en España las más comunes son de tres tipos:
- Blattella germánica, comúnmente conocida como la cucaracha rubia, alemana o del café. Extendida por toda España, mide de 1 a 1,5 centímetros y son de color marrón claro.
- Blatta orientalis, conocida como la cucaracha negra y que mide de 2 a 2,7 centímetros. Procede habitualmente de la red de alcantarillado, emergiendo a través de los sumideros. Tiene un desarrollo óptimo en zonas frescas y húmedas como sótanos.
- Periplaneta americana (cucaracha americana). Esta especie, conocida también como la super-cucaracha, habita en zonas cálidas y costeras como Canarias, Levante o la costa andaluza, entre otras zonas. De color rojizo y de gran tamaño (de 3 a 5 centímetros), se ha introducido en nuestro país a través de los barcos llegados a puertos de la zona Mediterránea, extendiéndose hacia zonas urbanas, sobre todo a través de las alcantarillas. Actualmente está perfectamente adaptada en nuestro país. Pese a que la especie más usual en las viviendas es la alemana y en los jardines la negra, ahora están siendo desplazadas por la americana.
- Supella longipalp, de origen africano, detectada por primera vez de 2013, produciendose 2 focos, uno en Madrid y otro en Barcelona.
El control de estos insectos es primordial, ya que además del problema higiénico pueden ocasionar grandes pérdidas económicas por la contaminación que provocan en alimentos al defecar sobre ellos, pudiendo ocasionar graves enfermedades, de gran alarma social como la disentería y la salmonelosis. Además de poder contaminar con bacterias los alimentos que comen, el contacto de las personas con las cucarachas, entre otros, provoca alergias que se manifiestan como estornudos, comezón, lagrimeo y escurrimiento nasal; y en algunos casos, esas manifestaciones se pueden complicar ocasionando una crisis asmática severa debido a que su sistema inmune no responda adecuadamente.
Cuando percibimos la presencia de cucarachas en las viviendas o en los entornos próximos, su control debe ser inmediato puesto que estos insectos se reproducen con gran rapidez.
Debido a la elevación de las temperaturas, la Asociación recomienda a las comunidades de vecinos y a los particulares que intensifiquen los planes de prevención (limpieza, higiene, etc;) en las casas y edificios, o acudir a un profesional cuando las medidas preventivas no son suficientes.